2 años en Asia

•1 noviembre, 2010 • 7 comentarios

No, lo siento, el blog NO vuelve, pero ahora que los (apestosos) blogs de Windows Live han sido adquiridos por los mucho más profesionales de Wordpress y con motivo de esta segunda efeméride, he decidido escribir una líneas, sólo para satisfacer la curiosidad de alguien que se vuelva a dejar caer por aquí…

El primer aniversario se cumplió en Dondet, Laos. Esta entrada llega un año más tarde, desde Bishkek, Kirguistán.

No voy a dar muchos detalles de lo que ha sido mi vida desde que escribí la, por entonces, última entrada desde Corea del Sur pero a modo de ‘hoja de ruta’ ahí van algunos datos a ‘grosso modo’ de lo que me ha deparado el resto del viaje hasta la fecha de hoy:

  • COREA  / 2 meses (feb-mar 2010) : Busan, costa este, Seúl, isla de Cheju. Un país que me sorprendió gratamente y donde conocí gente estupenda.
  • MONGOLIA / 2 meses (abr-may 2010): Ulaanbaatar, lago Khvosgol, Uliastai, Altai. Un país que se me atragantó y al que seguramente necesito darle una segunda oportunidad, algún día…
  • CHINA / 2 meses (jun-jul 2010): Beijing, Xiaan, Chongqing, Chengdu, Dunhuang, desierto del Gobi. Otra agradable sorpresa pese a lo reticente que era a visitar este país. Definitivamente tengo que volver y es que es imposible ver todo lo que tiene a ofrecer de una vez….
  • UIGURSTÁN / 3 semanas (agos 2010): Turpán, Urumqi, Hotan, Kashagar, lago Karakul. Si no es un país debería serlo, en una palabra: FASCINANTE lugar e increíble gente.
  • KAZAJISTÁN / 3 semanas (sept 2010): Almaty, Astana, Turkistán, Shymkent, lagos de Kolsay. Un país enorme al que no le dí mucho tiempo pero en el que conocí interesantes caracteres….no, no a Borat.
  • KIRGUISTÁN / 2 meses…..de momento (sept-nov 2010): Bishkek, lago Issyk Kul, Karakol, Kochkor, lago Song Köl. Una joya en medio de Asia Central, a la que he llegado para quedarme….

Más fotos en Flickr

Con unos amigos coreanos en Cheju, Corea

Con Sumyabal y Ben en Amarbayasgalant, Mongolia

Con la selección española en Dunhuang, China

Con mis amigos uigures en Turpán, Uigurstán

Con mi amigo Kanat en Shymkent, Kazajistán

Con Tom y Shaun en el lago Ala Köl, Kirguistán

Fin

•8 febrero, 2010 • 17 comentarios
 
Si el anterior post fue el presagio de una muerte anunciada, éste, el post número 311, es finalmente el del adiós.
 

Después de narrar aquí durante casi 5 años lo que ha acontecido en mi vida, he decidido ‘cerrar el chiringo’ definitivamente.

Todo empezó en Islandia, esa isla enigmática en mitad del Atlántico. Islandia, como punto de partida de mi aventura en el extranjero, siempre ocupará un lugar importante en mi vida.

Mucha gente que me he cruzado desde que empecé a ‘backpackear’ por Asia siempre acaba preguntándome lo mismo: ¿Cómo es posible que puedas mantenerte por dos años sin pegar palo al agua sólo viajando?: la respuesta es Noruega. Os vais a vivir a Noruega, buscáis un trabajo como dios manda y ahorráis ‘un puñao’ de pasta, pim-pam, ‘fácil y sencillo’, no hay más secreto… 😉

Evidentemente, Noruega no ha sido para mí sólo «la gallina de los huevos de oro», es un lugar que, independientemente de los altibajos que experimenté mientras viví allí y en el que supe que no viviría para siempre, marcó un antes y un después en mi carrera profesional y desde luego personal.

Y finalmente Asia irrumpió en mi vida con un huracán llamado Nepal. Y ese viaje por el continente continúa hasta la fecha de hoy.

El motivo principal de la clausura de este blog es el no querer compartir más mi vida en internet además de una reciente sequía de inspiración y, por qué no, también por la falta de interés de terceros, aunque ya he dicho muchas veces aquí que los blogs, se lean o no, son una herramienta personal de recuerdo y un poderoso archivo de memoria.

Me encuentro actualmente en una  ciudad de Corea tecleando mi última entrada de esta bitácora. No sé realmente qué espero del resto de mi viaje que, si sigue como he planeado, me va a llevar por algunos los países más desconocidos de este planeta como Mongolia, Kazajistán o Kirguistán, paradójicamente, ‘perlas’ dignas de ser compartidas…

Quiero por supuesto dar las gracias a todos los que habéis pasado por aquí, aunque tristemente el post más leído y comentado de ‘todos los tiempos’ de este blog sea uno que escribí sobre facebook

Seguiré subiendo fotos de este viaje a Flickr e iré actualizando el mapa de ‘Mi mundo’ a medida que me vaya moviendo..

Hasta siempre! 🙂

Febrero 2010

Cerrado por vacaciones

•8 enero, 2010 • 1 comentario
 
Apenas he tenido tranquilidad para sentarme a postear en las últimas semanas… Y  ahora han pasado demasiados días para actualizarlo todo. Tampoco me ha apetecido escribirlo de todos modos.
 

Creo que ha llegado el momento de tomarme unas ‘vacaciones blogueras’, así que, aunque suene a guasa, cierro el blog temporalmente ‘por vacaciones’ ha ha.

Por cierto creo que hemos entrado en un nuevo año… así que feliz año!

Saludos y hasta pronto, o no.

Tokyo!

•27 diciembre, 2009 • 3 comentarios
 
Aterrizar en la capital nipona fue ya una experiencia única: las luces de la ciudad se extendían en un manto infinito cual galaxia. Desde el aeropuerto de Haneda apenas se tardan 20 minutos (en monoraíl) hasta la ciudad y después pude tener también mi primera experiencia (buena) en el laberíntico y apabullante metro de Tokyo.
 

Una de las grandes casualidades de este viaje a Japón es que, sin haberlo planeado en absoluto, me iba a encontrar en la ciudad con dos buenos colegas que hice en Oslo: Llàtzer (Girona) i Naofumi (Japón) y la siguiente misión fue en fijar una cita para poder encontrarnos en la metrópoli.

Aunque se aleja del ‘budget’ al que estaba acostumbrado, hay todavía algunas opciones de alojamiento económico en Tokyo. La cadena Sakura ofrece ofertas con precios muy ajustados que rondan los 3.000 yen (23 €) por noche.

El tiempo en Tokyo era fantástico (por fin…), con cielos absolutamente despejados aunque la ‘viruji’ era considerable, sobre los 5 C. En mi primer día, me dirigí hasta el palacio Imperial, situado en el centro de la ciudad. Era lunes y estaba cerrado. Seguidamente fui hasta Shinjuku, uno de los barrios más populares de Tokyo y donde se encuentran las impresionantes torres del Ayuntamiento, diseño de Kenzo Tange, en las que se puede visitar (gratis!) el piso 54 desde donde se tienen unas vistas magníficas de toda la ciudad y, ese día, se podía divisar incluso el monte Fuji, increíble.

Por la tarde nos encontramos finalmente. Llàtzer acababa de llegar desde Mongolia y Nano (Naofumi) desde Oslo así que se puede decir que el ‘timing’ fue perfecto. Una de las ventajas de visitar un lugar como Tokyo de la mano de un local es que te puedes relajar y no tienes que lidiar con problemas de comunicación ni consultar ningún mapa. Nano nos llevó a comer monja y okonomiyaki, un especie de «crepes» japoneses que te hacen en una plancha enfrente tuyo. Después de comer algo nos llevó en coche hasta su casa, situada en Saitama, en las afueras de Tokyo, donde dormiríamos.

Al día siguiente tras un delicioso desayuno casero volvimos a coger el coche, esta vez hasta Kusatsu, una población situada a unos 200 km al norte de Tokyo y ya próxima a Nagano donde íbamos a experimentar una de las experiencias más auténticamente japonesas: el onsen o baño termal. El hotel que Nano había reservado tenía habitaciones estilo ‘tatami’ y al llegar nos tenían un festín preparado a modo de cena: kaiseki o banquete de ‘tapas japonesas’. Tras la opípara cena y tras darnos una vuelta por Kusatsu regresamos al hotel para probar el onsen. Los baños están separados por sexo y te metes en ‘bolas’. Hay uno exterior, en la terraza, que tiene una temperatura algo inferior.

El próximo día probamos varios onsen exteriores que hay por la zona. Tras pasar unos días estupendos en casa de Nano volvimos a Tokyo.

Yaeyama: paraíso truncado III

•18 diciembre, 2009 • Deja un comentario
 
El resto de días que pasé en Yaeyama fueron más de lo mismo: cielos totalmente cubiertos, lluvias intermitentes y viento. La esperanza de ver asomar el sol se había esfumado por completo: la previsión meteorológica que había consultado varios días atrás se estaba cumpliendo sorprendentemente arrajatabla.
 

Por estar a apenas 8 km (10 minutos en ferry desde Ishigaki), aunque es tal vez la isla menos llamativa o vistosa del archipiélago, me fui a pasar uno de los días a Taketomijima. Taketomi es también la isla más pequeña del conjunto con algo más de 6 km2 y se puede ver perfectamente a pie aunque moverse en bici es mucho más conveniente y rápido.

Las atracciones principales, aparte del pueblo de Taketomi, en el interior de la isla con casa tradicionales de tejas naranjas y calles ‘asfaltadas’ con arena blanca, posiblemente sean las playas de Kondoi, especialmente atractiva, y la de Hoshisuna, donde «los granos de arena tienen forma de estrella» algo que es cierto sólo en parte. Los granos con forma de estrella son en realidad esqueletos de diminutos equinodermos que se han incorporado a la arena de la playa pero vamos, en un puñado de arena tal vez encuentras uno o dos. Hay unas chicas en la playa que, a base de mucha paciencia y armadas de una lupa, venden botellitas de cristal con unos 50 g de ‘100% arena de estrellas’.

Aparte de visitar las dos playas hay poco más que hacer en Taketomi salvo ir hasta el cabo Kitazaki desde donde se tienen vistas de Ishigakijima y es también un buen punto para hacer snorkelling.

En unas cuantas horas se puede ver Taketomi perfectamente, sobretodo si el tiempo es nefasto y no se pueden disfrutar de las playas…

Los posteriores días estaba ya cansado de ‘jugar a los turistas’ en territorio enemigo, las posibilidades de hacer algo de trekking hasta los picos Omote (526 m) y Nosoko (282 m), sin visibilidad y sin transporte garantizado para volver de ellos también, tampoco eran factibles. Visitar otras de las islas como Kohama, Hateruma o Kuroshima suponía desembolsar demasiados yens en ferries….

Digamos que la experiencia insular en Japón no ha cubierto para nada mis expectativas, seguramente la estación no era la ideal, aunque el tiempo en estas islas es muy inestable y no se caracterizan por tener una marcada estación invernal. De todas maneras, si hay lectores que han seguido por algún tiempo, no se puede obviar mi obstinación insular (Islandia, Islas Westman, Madeira, Islas Feroe, Islas Lofoten, Islas Perhentian, Islas Cham…) hay algo en ellas que ejerce en mí una extraña atracción/obsesión, debe ser por lo ineccesible y la de misterios que ocultan…aunque luego ‘in situ’ la realidad sea menos romántica….

A pesar de todo lo que he escrito en estos 3 posts, estoy convencido, sobretodo gracias a las fotos que he visto en los desplegables turísticos, que estas islas son muy recomendables en verano o al menos cuando hace buen tiempo, eso sí no os olvidéis el ‘kit Yaeyama’:

  • Licencia de conducir internacional o sucedáneo
  • Gafas de bucear y tubo, el alquiler aquí cuesta 1.000 yen/día
  • Libro de conversación idioma/japonés, ni dios habla inglés por aquí

En fin, pasado mañana cojo un vuelo a Tokyo y podré escapar finalmente del paraíso truncado…

Yaeyama: paraíso truncado II

•16 diciembre, 2009 • Deja un comentario
 
En mi tercer día en Ishigaki decidí deambular por todos y cada uno de los negocios de alquiler de scooters. Ishigakijima es una isla relativamente pequeña y tener una moto para merodear ‘a tu aire’ es muy conveniente. A raíz de lo que me había sucedido la primera vez, intenté esta vez explicarles que ‘mi carnet español’ era internacional porque los carnets de Europa «son internacionales» de por sí y bla bla…una mentira que no coló pero había que intentarlo y mientras tanto dejaba ver un fajo de billetes de 1.000 a modo de cebo. En uno de los sitios el tipo se fue en busca de una lupa para inspeccionar la licencia. ‘No pone internacional en ningún sitio del carnet, lo siento, no te la alquilo’. En algún otro sitio me llegaron a pedir una licencia de conducir japonesa (????). En ninguna tienda me quisieron alquilar la estúpida moto.
 

No sé, me dio un poco de pena ver que los japoneses sean tan mojigatos. De acuerdo que no es el sur-este asiático y no hay tanta ‘hambre por hacer negocio’ pero joder, Ishigaki es un sitio muy turístico y ponerse tan quisquilloso en alquilar una moto a un turista en temporada baja…es demasiado.

En vista del éxito no me quedó otra que irme todo mustio hacia la terminal de autobuses. Decidí ir hacía la bahía de Kabira (Kabira wan), al norte de Ishigaki city, uno de los lugares más bonitos de Ishigakijima. Desde allí caminé un par de kilómetros hasta la playa de Sukuji. Dos lugares bastante ideales que seguramente impresionen mucho más con algo de sol. De vuelta probé con el auto-stop. Al cabo de un par de km y 10 coches, uno paró. Era un tío que repartía revistas de publicidad sobre negocios de Yaeyama por toda la isla. Where go? me dijo I want to go to Uganzaki, can you take me close?. Uganzaki es el punto más occidental de Ishigakijima y donde se situa uno de los faros de la isla y se tiene vistas de las otras islas del archipiélago. El tío, que en un principio me dijo que me dejaría a 5 km del faro, acabó llevándome. El viento que soplaba en el cabo era increíble. El lugar tampoco era tan especial así que le pedí si me podía seguir con él hasta Ishigaki. De vuelta, paramos en el monte Banna (231 m) desde donde se tienen magníficas vistas de Ishigaki y de la bahía de Miyara.

Al día siguiente, a pesar de que el tiempo era exactamente igual que el del día anterior, es decir, nubes y lluvia, decidí coger el ferry a Iriomotejima, a apenas 50 minutos de Ishigakijima. La isla de Iriomote es la más salvaje de todas las de Yaeyama y sólo se ha construido una carretera de 40 km rodeando la costa este dejando todo el interior, cubierto por una densa selva tropical, totalmente intacto. Hay dos poblaciones en la isla: Uehara y Ohara, en el norte y en el sur respectivamente. La que tiene más opciones de alojamiento es Uehara. La recomendaciones de la guía en Uehara me parecieron muy caras (todas de más de 3.000 yens) y decidí llevar algunas alternativas más económicas. Algunos lugares estaban cerrados por temporada baja otros eran más caros de lo que pensaba. Ví que las opciones en la isla eran pocas y seguramente tenían precios pactados. Al final decidí ir al Youth Hostel de Funaura, que estaba a 3km de donde me encontraba y valía también 3.000 yens.

Do you have the HI membership card? me dijo el tío del hostal ‘No sorry i dont have it’ le contesté ‘Then is 400 yen more’ 

‘Carnets Falsos de Khaosan Road, Bangkok’

Quería simplemente explicar algo que había introducido en el post anterior pero que quiero ahora aclarar. Khaosan Road es la calle más turística de Banglamphu, el ghetto de turistas de la capital thailandesa. Se vende de todo: cd, camisetas, chanclas, hacen rastas, comida, etc…. En uno de los puestos, a mitad de calle si no creo recordar mal, te falsifican cualquier tipo de carnet por 4 duros. Licencia internacional de conducir? marchaaaando! El carnet de alberguista de YHI?? Sin porbleeeemas! el internacional de estudiante?? aunque ya estés talludito y peines canas??? aaaaaamos!!! y un sinfín de carnets más que resultan muy muy muy convenientes…. Hacedme caso, no entréis en Japón sin un buen fajo de carnets falsos, queda dicho.

 
No quería volver a caminar los 3 km de vuelta a Uehara y me tuve que quedar allí. No había nadie más en el hostal. Le pregunté al tipo si había cerca algún super para comprar comida y me dijo que sí, a 3 km, en Uehara (!) pero que si me conformaba con unos instant noodles podía ir a otra pensión que estaba a 30 m. Al llegar a la pensión Mariudo, que así se llamaba el sitio, vi que tenían muchas scooter aparcadas en la entrada. Entré. Tenían noodles. Pregunté precios del alojamiento por curiosidad. Eran 3.000 yens.
 
-Me alquilarías una moto?
-Sí claro por qué no?
-No tengo licencia internacional
-Bueno no pasa nada, tienes la de tu país no?
-No pasa nada?!?! Me la alquilas con este carnet?
 

El tío se miró el carnet y en cuestión de minutos la moto ya era mía. Así de fácil. El trato era 24 horas por 2.500 yen, caro, pero no podía dejar esa oportunidad pasar. Estaba lloviendo fuerte en Iriomote y tuve que posponer el viaje en moto un par horas.

Desde Funaura hasta Ohara hay aproximadamente unos 20 km hacia el sur. Al final de la carretera, pasado el pueblo, se llega a la playa desierta de Haemida. Volviendo de la playa empezó a llover, esta vez bastante fuerte. Menos mal que llevaba el chubasquero. Paré en Ohara a comer algo. De vuelta pillé cacho con la lluvia. De nuevo en Uehara, proseguí hasta el final de la carretera hacia el norte, unos 16 km hasta Shirahama. De camino hay varias playas bonitas como Hoshisuna o Tsukiga. El sol salió por fin en la bahía de Shirahama, por un par de horas hasta que se volvió a cubrir.

Hay varias actividades populares en Iriomote: hacer un paseo en barca por los ríos Urauchi y Nakama, que según dicen se parecen al Amazonas o alquilar kayaks (4.000 yen/día) y el trekking por la selva hasta el monte Hateruma (447), poco recomendable en solitario al no estar nada señalizado.

El día siguiente volvió a ser más de lo mismo, esta vez las nubes venían acompañadas de un fuerte viento, no era el día ideal para hacer ninguna actividad al aire libre. Decidí volver a Ishigaki: por el precio que pagaba 1 noche en Iriomote, podía dormir 3 en Ishigaki!!!!. Los ferries desde Uehara habían sido cancelados por mala mar (Uehara tiene un puerto expuesto) y tocó coger un bus hasta el puerto de Ohara.

Estaba de nuevo en Ishigaki y aún faltaban 4 días para mi vuelo de vuelta a Naha….

Yaeyama: paraíso truncado I

•13 diciembre, 2009 • 2 comentarios
 
Finalmente decidí ‘tirar la casa por la ventana’ y me fui a una agencia de viajes de Naha (mejor oferta que por internet) para comprar un vuelo a Ishigaki (isla de Ishigakijima) en el archipiélago Yaeyama. El vuelo, de apenas 1 hora, no fue barato pero es lo que tiene «un billete al paraíso», el tiempo en Okinawa había sido fantástico así que estaba bastante emocionado cuando me dirigí de nuevo al aeropuerto.
 

Nada más despegar, las vistas de Okinawa y de las islas de alrededor eran espectaculares, con esos anillos de diferente tonalidad de azul (poca profundidad) rodeándolas y que sólo se puede apreciar desde el aire. También observamos el archipiélago de Miyako. Al aproximarnos a Yaeyama la cosa cambió radicalmente. Un espeso manto de nubes cubría el archipiélago y al atravesarlo se confirmó: las islas estaban bajo él. No llovía en Ishigaki pero poco faltaba. Recé que fueran nubes pasajeras.

Había buscado por internet una alternativa (más económica) al hostel recomendado por la guía y estaba a unos 200 metros de la terminal de autobuses de Ishigaki. Yanbu zeena Guesthouse se llamaba el sitio, cama en dormitorio por 1.500 yen (11,50 €). La tía de la recepción no hablaba casi inglés y se fue a buscar al cocinero de un restaurante que estaba justo al lado. Go (29), que así se llamaba el tío, sí hablaba aceptable inglés y era enrolladete. Después de explicarme ‘los grandes misterios y normas’ del guesthouse me fui a comer algo al restaurante de Go. Me explicó que había venido de visita hace un par de años y sin buscarlo encontró trabajo en ese pequeño restaurante y se trasladó desde Osaka, casi sin saber manejarse entre sartenes pero que iba aprendiendo:

-Quieres que te enseñe a hacer un plato español?
-por supuesto!, de que se trata?
-‘tortilla de patatas’, voy a comprar un par de cosas al super y luego la hago
-de acuerdo!
 

Si hay algún lector que haya seguido por algún tiempo, pensará que soy más bien poco original, ja ja esta debe ser la tropezientasmil tortilla de patatas que dejo caer entre Islandia y Japón…! pero es realmente algo fácil y barato y que suele gustar así que es lo que hay…

Fui a un super de los baratos ( Maxvalu ) y la cuenta de unas cuantas patatas, huevos, cebollas, aceite y unas cuantas cosas más que compré para el desayuno ascendió a casi 3.000 yens (23 €) diossss! casi no me lo podía creer, 2 noches de hotel!, que mal llevo esto de pagar tanto por unas minucias…:(

Al par de horas estaba de vuelta. El escenario en el guesthouse era bastante diferente. Se había formado un corrillo de gente singular. Una señora japonesa de mediana edad que había vivido en Paris 20 años. Un guiri también acabado de llegar desde Kobe que resultó ser de Bermudas (um?), un hombre japonés de unos 50 que era el dueño del guesthouse, la recepcionista y el cocinero. La ‘señora de Paris’ estaba allí sólo porque había traído al de Bermudas en coche desde el aeropuerto:

-Tu eres español no? Hablas francés?
-Pues no
-Y por qué no?
-Pues porque no (joder pero qué clase de pregunta es esa?)
 

El tío de Bermudas (21) resultó ser la persona más insoportable que me he cruzado en este viaje, suma y sigue…. Se había estado ‘enseñando’ a sí mismo japonés con libros y cds («teach yourself japanese»), diossssss cuanto tiempo le sobra a la gente, y se empeñaba cada vez que la conversación en inglés tomaba algo de forma de cambiarla al japonés. Además era un tío de esos que no escucha más que su propia conversación. Muchas veces me pregunto por qué tengo yo que lidiar con semejantes niñatos? Así que ante el percal, les dejé hablando nipón y me abrí a la cocina a preparar la tortilla. Empezó a llover copiosamente.

Habéis intentado hacer una tortilla de patatas en un wok? pues el experimento no fue nada aconsejable…:S. Era un wok hecho polvo de esos en que la comida se pega con sólo echarla. Después de freír las patatas decidí lavarlo para quitarle toda la capa custrida de patata pegada. Le puse un poco de aceite y allá que fui con la tortilla. La hija de puta se pegó nada más echarla. Al intentar girarla, se desmembró, parte seguía pegada en el wok, parte estaba en el plato y parte….cayó sobre el fogón…. Lo había puesto todo perdido y al caer parte de la masa en el fogón, empezó a echar tufo. ‘Joder como entre ahora la recepcionista me mata’. Intenté limpiarlo un poco como pude y salí a toda pastilla hacia el restaurante de Go para pedirle una sartén en condiciones. Me la dio. De vuelta en el guesthouse intenté recomponer la tortilla. Estaba medio hecha y había perdido algo de consistencia. Aún así la recuperé. La sartén de Go no era mucho mejor y se volvió a pegar per esta vez levemente porque ya estaba casi cuajada. Finalmente la tortilla salió adelante. No fue ni mucho menos de las mejores que he hecho pero ‘parecía’ una tortilla y más tarde se comprobó que sabía como tal.

Entre el dueño del guesthouse, la recepcionista y el de bermudeño nos papeamos la tortilla. Go estaba trabajando pero le guardamos un trozo. La conversación prosiguió en japonés durante toda la velada.

El día siguiente amenció nublado y lloviznaba. Aún así decidí alquilar en el guesthouse un scooter para darme una vuelta ya que los buses por la isla son muy irregulares y astronómicamente caros (scooter 24h=3.000 yen, viaje en bus 40 min=700 yen):

-Quería alquilar un scooter
-Tienes el carnet?
-Porsupuesto
-Uy pero esta licencia no es internacional
-Ya pero vamos, es una licencia de conducir válida
-Pero para Japón necesitas un carnet internacional, lo siento
-Anda tío que estamos hablando de una moto de 50cc no me vengas con historias!
-Lo siento no puedo alquilártela
 

Después de haber conducido scooters en Nepal, Thailandia, Vietnam y Taiwán no me podía creer que me vinieran con estas mierdas ahora. Joder tenía que haberrme sacado el carnet falso en Khaosan Road!!!!. No sabía qué hacer. Me dirigí a la terminal de ferries para consultar horarios hacia Iriomote-jima y otras islas ya que pensé que ya tendría tiempo de visitar Ishigaki-jima a la vuelta. El tiempo era nefasto. Los tours desorbitadamente caros. No tenía sentido hacerse a la mar. De vuelta al guesthouse pasé casualmente por delante de otro lugar que parecía un youth hostel aunque toda la información estaba escrita en japonés, Terminal House se llamaba el sitio, está literalmente detrás de la terminal de buses. Entré. Había camas por 1.000 yens (7,70 €). Todavía estaba muy rebotado con el asunto del scooter y de vuelta al guesthouse ‘vendí’ que había decidido coger el ferry a Iriomote y me cambié de hostal.

Venir aquí ha sido posiblemente la peor decisión que he tomado (hasta la fecha) en este viaje: unas islas paradisíacas con un tiempo de perros se convierten en un infierno.

PD: La última tortilla que hago, lo prometo :S

Atrapado en Okinawa

•10 diciembre, 2009 • Deja un comentario
 
A pesar de que mi intención era viajar a Okinawa, el archipiélago de islas situado entre la isla de Kyushu y Taiwán, por mar, tuve que finalmente coger un avión pues la única compañía que servía ferries entre las islas ha cancelado los barcos de pasajeros por encontrarse en bancarrota, ni Japón se salva…
 

El vuelo hasta Naha, la mayor ciudad de la isla de Okinawa (isla del archipiélago con el mismo nombre), duró algo más de una hora. Antes de viajar a Japón hice un poco de investigación sobre como estaba el tema de inmigración. Había leído en algún foro que en los controles de inmigración podían ponerse ‘tontos’ y exigir que se muestre una prueba (billete de avión) de que se abandonará el país dentro del tiempo permitido y que te pueden llegar a deportar si no estás en posesión de ese comprobante. Aún así, como no sé que plan tengo y pasaba de comprar ningún vuelo más, decidí arriesgarme. Había escrito en mi carta de desembarco que pensaba estar en el país 90 días, que es el tiempo que se permite a algunos países de la UE (entre los que se encuentra España) permanecer en el país. La oficial de inmigración empezó con las preguntas:

-piensa estar 90 días en Okinawa???
-no no, 90 días en todo el país
-tiene algún vuelo reservado o prueba de que abandonará el país?
-no
-un momento por favor
 

La tipa desapareció con mi pasaporte y volvió con otro tío pidiéndome que les acompañara a una sala para una pequeña entrevista

-Cuál es su propósito en Japón?
-Turismo
-No tiene ningún vuelo reservado fuera del país?
-Estoy viajando por Asia y planifico sobre la marcha, no puedo saber a día de hoy si estaré los 3 meses que se me permite o decido irme antes, porque son 90 días para los ciudadanos de la UNIÓN EUROPEA no?????
 

El tipo se miraba y remiraba el pasaporte, repleto de sellos y visas, y parece ser que las mismas le hicieron pensar que decía la verdad pues a los 10 minutos volvía con mi pasaporte y en él estaba la pegatina de inmigración por 90 días. Prueba superada!!! Mucho más fácil de lo que pensaba…

Naha me decepcionó un poco. Había oído que el archipiélago de Okinawa se caracterizaba por ser ‘un rollo’ totalmente diferente del resto de Japón, repleto de hippies y baratito y distendido así que pensaba que esta ciudad sería más ‘pachanguera’ y la realidad es que está llena de tiendas pijas, restaurantes caros, su monoráil, sus ‘non smoking’ aceras (aceras con una baldosa cada 10 m que dice: ‘en esta calle esta prohibido fumar’, telita…) y no hay atisbo de hippies por ningún lado salvo los que vender pulseras (que nadie compra) en alguna esquina.

‘Naha es el epicentro de Okinawa y tiene 3 puertos desde donde salen los ferries hacia las demás islas del sur del archipiélago, hasta Kyushu pasando por el archipiélago de Kagoshima y a Osaka, Kobe y Tokyo’ (según la información de la guía). La realidad ‘in situ’ fue desesperante y evidentemente es una información muy reciente que no figura en ninguna guía. Todos los ferries a los archipiélagos del sur, Miyako y Yaeyama, han sido cancelados (la misma compañía que iba a Taiwán) y la única alternativa es coger un avión, opción que no resulta nada económica. El ferry a Tokyo tampoco funciona actualmente. La única opción es coger un ferry a las islas de los archipiélagos de Kagoshima, Amami y Tokara (aunque las islas realmente espectaculares son las del sur) pero éstos no paran en Yakushima, que es ‘la perla’ y patrimonio de la UNESCO, sólo accesible desde el puerto de Kagoshima city.

Así que estoy aquí atrapado en Okinawa mientras tomo una decisión que sé que no me va a salir barata….:(

Taiwán

•7 diciembre, 2009 • Deja un comentario
 
Tras descender por la isla de norte a sur por el interior y por la costa oeste tocaba volver a hacer el viaje en sentido contrario de vuelta a Taipei, esta vez por la costa este, más pintoresca y menos industrializada.
 

La parada en Yuli no fue muy afortunada, el tiempo no acompañó nada y los valles del parque nacional de Yushan estaban inundados de una espesa niebla que no invitaba a caminar así que tras pasar dos absurdos días en ese poblacho tuve que descartar el Walami trail y proseguir hasta Hualien, la ciudad más grande de la costa este de Taiwán.

Hualien es una ciudad en la que no merece la pena pasar mucho tiempo y se ve en unas cuantas horas pero es el punto de lanzadera de los buses hasta la posiblemente más conocida atracción turística del país: el cañón de Taroko, una impresionante garganta que atraviesa el parque nacional con el mismo nombre esculpida por el río Liwu. Con un bus desde Hualien, en apenas dos horas, te plantas en Tienhsiang, el único lugar de la zona que ofrece alojamiento. En el bus coincidí con posiblemente los únicos turistas que me he cruzado durante este mes en Taiwán, un americano y dos franceses. Los 4 nos dispusimos a hacer alguno de los trekkings que ofrece el parque pero, una vez más, muchos estaban impracticables debido a los corrimientos de tierra ocasionados por el tifón Morakot. Tuvimos que conformarnos con caminar por la carretera siguiendo al cañón hasta el túnel de los 9 giros, posiblemente el punto más turístico de Taroko.

Descartar el trekking de Walami, hizo que ganara un par de días y decidiera, en el camino de vuelta a Taipei, parar el el parque nacional de Sheipa para coronar la segunda montaña más alta de Taiwán, el monte Syueshan (3.886 m). Desde Tienshang se puede continuar en un escalofriante viaje de casi 4 horas por una carretera estrechísima de doble sentido hasta la población de Lishan desde donde se conecta con otro bus hasta Wuling, punto de inicio del trekking de 2 días hasta Syueshan. El primer día se caminan 7 km hasta la cabaña de Siaunlonjiu donde se duerme. El frío era de escándalo: 0 grados dentro de la cabaña. Al día siguiente se continúa con los casi 4 km hasta la cima de Syueshan y posteriormente se desandan los 11 km de vuelta a Wuling. Este trekking es mucho más duro que el de Yushan y las vistas son mucho más escénicas y variadas.

Y tras el segundo gran trekking en la isla puse regreso a Taipei vía Ylan. Volver a un lugar hace, a veces, que se aprecien cosas que en un primer contacto no fueron del todo asimiladas y la verdad es que Taipei me pareció más amable que en la primera visita, claro que hay que decir que el tiempo en la ciudad era fantástico.

Y de repente ha pasado ya un mes y tengo que abandonar la isla. Taiwán me ha sorprendido mucho. Un país que ofrece muchísimas oportunidades turísticas y aún muy poco explorado por occidentales según he podido comprobar. Los taiwaneses? super-amables y atentos siempre en echarte una mano cuando te ven muy perdido…un destino muy recomendable.

En un par de días rumbo al país del sol naciente……sayonara! 😉

Surf en Kenting

•1 diciembre, 2009 • Deja un comentario
 
Tras visitar Kaohsiung, llegaba finalmente (bus, 341 NTD) al ‘final’ de la isla, a la península de Hengchun donde se encuentra Kenting, una especie de paraíso vacacional taiwanés donde hay varias playas, un parque nacional y principalmente la posibilidad de surfear las olas bravas del Pacífico.
 

El bus me dejó en Kenting, a pesar de no ser temporada alta, la habitación más barata que pude encontrar no bajaba de los 600 NTD, sabía que en las zonas de surferos los precios eran más económicos y, a pesar de no ser para nada mi rollo, intenté probar suerte en uno de los guesthouse de la playa de Nanwan, a 6 km de Kenting.

Afei Guesthouse se llamaba el sitio y era tal y como me lo había imaginado: bambú y hojas de palmera, surferos guais con bañadores floreados y fotos de Bob Marley. Una cama en el dormitorio costaba sólo 400 NTD. Era un dormitorio con camas de bambú y con colchones del grosor de un papel de fumar pero bastante limpio y hasta con aire acondicionado. Los surferos eran enrollados, como no podía ser de otra manera, había una chica de Hong Kong que hablaba un inglés estupendo y un taiwanés que se defendía pero los demás apenas lo hablaban. La verdad es que me sentía un poco como un intruso, ya que todo en aquel lugar tenía que ver con la religión del surf. Donde vas a ir después de Kenting? me preguntó uno, a Yuli a hacer el Walami Trail, respondí, a Yuli???? en serio??? yo soy de allí!!! si quieres del domingo por la tarde te acerco, me dijo, joder que casualidad! sería perfecto!, y quedamos así.

Al día siguiente me alquilé un scooter (300 NTD) con la intención de explorar a fondo la península. Tras una breve parada en las oficinas del parque nacional, que me podía haber ahorrado ante lo poca información que me dieron, me di unas vuelta por Kenting. En una parada de autobús esperaba una guiri. Pasé de largo pero a los pocos metros di media vuelta. Sabía que los buses locales de Kenting pasan cada mucho y le pregunté que donde iba y si quería que la llevara. Quería ir a Eluanbi, la punta más al sur de la península y yo también iba para allá así que se subió. Era una francesa estudiante de mandarín en Taipei. Después de visitar el punto ‘más al sur de Taiwán’ nos dirigimos hasta Jialeshui, la segunda playa de surfeo.

El segundo día tocó explorar el parque nacional de Kenting. No hay grandes oportunidades de trekking ya que casi todo el parque es zona protegida y se necesitan permisos y un guía local. Escalar la montaña Dajianshan (318 m), el pico más simbólico de la zona, estaba prohibido (multa de 3000 NTD al infractor). Aún así me di una vuelta por la zona.

Finalmente, en mi tercer día en Kenting y después de haberme pasado varias tardes por la playa de Nanwan, decidí darle una oportunidad al surf. Parece más fácil de lo que es y no conseguí deslizarme por una sola ola y ni que decir, levantarme sobre la tabla. Eso sí, tragué mucha agua, pillé una buena insolación y las agujetas en brazos y cuello y dolor de costillas por la presión contra la tabla fueron de campeonato.

Por la noche, Hasan, que así se llamaba el taiwanés, me llevó hasta Yuli, a unas 4 horas en coche de Kenting.

Kenting National Park